Catalina de Medici

Catalina de MediciEnamorarse de Florencia es muy fácil: basta caminar a lo largo de la rivera del Arno, perderse en las calles del centro de la ciudad y dejarse inspirar por los trabajos extraordinarios de arte que habitan en cada esquina de la ciudad. Esta belleza centenaria ha inspirado mentes brillantes y artistas refinados, pero pocos cuentan las historas de las mujeres que lograron destacarse en esta ciudad de increíble majestuosidad que todos amamos.

Entre las más renombradas “Madonnas Florentinas”, se destaca la figura de Catalina de Medici, soberana consorte de Francia en el siglo XVI, una mujer de fino talento y una dotada estratega.

Catalina es una figura controversial, y aún hoy continúa rodeada de misterios y leyendas. Hija de Lorenzo de' Medici, Duque de Urbino, Caterina Maria Romula de' Medici nació en Florencia en 1519. Con apenas 14 años, fue dada en matrimonio a Enrique, Duque de Orleans. Aunque era de menor rango que le futuro rey de Francia, el matrimonio fue arreglado por el Papa Clemente VII, primo de Catalina, quien temía que el rampante Protentastimo podía amenazar también al Reino de Francia.

A los 28 años, fue coronada Reina de Francia junto a Enrique II, pero su reino duró poco. El rey, de hecho, perdió la vida en un duelo en 1559. Aún así, Catalina no se resignó al rol de viuda inconsolable. A pesar de sus ropas de luto, que utilizó por el resto de su vida, Catalina se dedicó a la política: sus tres hijos se sucedieron en el trono de Francia, aún siendo extremadamente jóvenes y frágiles. De hecho, sería ella, como tutora de los soberanos, quien gobernaría el reino por más de dos décadas.

De sus acciones emerge la personalidad de un soberano tolerante, inspirado en resultados pacíficos. Sin embargo, su figura ha sido ligada a la terrible masacre de San Bartolomé, entre el 23 y el 24 de Agosto de 1572, en la cual miles de Hugonotes fueron brutalmente asesinados. Su participación no fue nunca comprobada, pero las acusaciones minaron indeleblemente su imagen pública.

Mujer incisiva, inteligente y culta, Catalina es recordada también (curiosamente) por su glotonería. De hecho ella llevó los chefs más importantes de la Toscana a París, dando inicio así a la "French Cuisine".